Lágrimas

 Y ahí estabas, llorando desconsoladamente otra vez, conteniendo lágrimas que se mandaban solas por tus mejillas. preguntándote una y otra vez si eso era lo que merecías.
Muchas veces estuviste igual, por una cosa o por la otra el siempre encontraba la manera de hacerte pedazos, pero con la excusa de que te quería. 
Y si, a través del dolor te das cuenta de muchas cosas, tus ojos se abren cada vez más, te das cuenta que lejos también puedes amar y que duele menos que estando a su lado, a veces no lo comprendes porque así te mantiene la esperanza, arraigada a la posibilidad de que sea tu persona. 
Y otra vez, ahí estaba yo, aguantando el corazón, quedando sola en esa mesa, sin poder creer el desplante, sin poder creer que estaba siendo lastimada de mil maneras diferentes y que ninguna expresaba más que odio, más que rencor y resentimiento, me pregunté si eso era lo que merecía, me lo pregunté más de las veces que podría escribir aquí, luego sin reparo tuve que levantarme de ahí e irme sola, llorando por ver de lo que era capaz el ser con quien moría por estar. 

Las lágrimas eran de aquellas cuando alguien muere y no puedes asimilarlo, el dolor es inmenso, sientes tu corazón y todo tu ser sufrir algo que jamás pensaste sufrir, se vuelve algo que no quieres sentir, solo quieres secar tus ojos y tratar de estar bien. 


Miré a través de la ventana con la esperanza de que regresaras, pero no fue así, y después de 3 años recordando la primera vez que te vi, se borró por completo ese recuerdo y quedó plasmado en mi la forma en como te fuiste. 

Me resonó en la cabeza hasta este momento, y de la sonrisa que recordaba de nuestro primer encuentro ahora solo me veo a mí, a solas en una mesa, con lágrimas, sin poder creer que me estuvieras haciendo más daño. 


Y es así como poco a poco, voy sumándole a este amor más razones para que desaparezca. 


Ahí estaba yo otra vez, con el corazón roto, deseando que algo bonito me pasara y no fuiste tu. 



Comentarios

Entradas populares de este blog

Cómo te digo

¡Cambiamos porque queremos!

Las decepciones de la vida